cubre estos campos por los que deambulara Don Quijote.
Dos viejos molinos dan fe de aquello.
En Madrid me espera un viejo amigo
y una habitación de hotel por romper.
Quiero cantar por sus calles
como si fuera Quique González.
Quiero beber en sus bares
como si estuvieramos en los ochenta
y esta noche
comenzara
la movida.
Esto huele a Madrid x los cuatro costaos, buena Fabyo.
ResponderEliminarAquel día yo subí a Toledo y sorprendentemente, el marciano desierto castellano, aparecía blanco, algo inolvidable Frank.
ResponderEliminarPD: Por Dios, hubiera dado mi fucking life porque hubieras publicado por aquí Océano Atlántico mamonazo.
Yo estaba terminando Crimen y Castigo, y no diré más por si alguien aún no lo ha leído (pobrecico, no tiene perdón de Dios), pero por momentos pensaba que estaba en la jodida estepa rusa y sin embargo, cruzaba la Mancha, quién lo diría¡¡
ResponderEliminarPD perdona Tower pero si no guardo alguna buena pieza para mi blog, no lo pisáis cabrones
buenas reflexiones en los viajes a Madrid, la meseta Manchega con su interminable horizonte...muy bonito pero mas bonito aáun cuando vuelves a Graná.
ResponderEliminarBesos
Siempre tan poético.El único de convertir todo en algo simplemente bonito...
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