Cayó el juicio implacable
en los cráneos de los descerebrados
del país AQUÍ NO ESTOY
del territorio YO NO TENGO LA CULPA.
A todos sus procesados,
previo certificado de admisión,
se les dio el derecho a callar
y a ser silenciados.
Un imputado pidió la palabra
en defensa por cuenta propia:
-Disculpe, son aquí los servicios?
-Efectivamente, señor,
el servicio de justicia.
Y allí mismo se dispuso a cagar.
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