Cacagénesis:


William Saroyan:
"Es sencillamente imposible insultar al género humano sin sonreír al mismo tiempo".







domingo, 17 de abril de 2011

EL AFRICANO PENINSULAR: La 121



-Africano-


Comencé a redactar la nueva entrega ayer por la mañana y tras una hora lo borré todo. Demasiados datos fríos, pensé. La cosa iba quedando como una vulgar página de revista de viajes o como una road movie de tercera categoría. Imposible recopilar todo lo ocurrido sin correr el riesgo de faltar a la verdad. Relatar la realidad pura y dura implica un sobresfuerzo titánico que conlleva reproducir paisaje, caracteres, diálogos, y demás elementos que compongan el cuadro. Y esto, me habría obligado a llevar una libretita donde ir apuntándolo todo como un auténtico capullo integral. A falta de memoria intelectiva, que me hubiese permitido reproducir con pelos y señales los acontecimientos vividos durante el viaje, recurro a la sensitiva, más voluble pero no por ello menos verdadera. Lo vivido queda en cada uno de nosotros, en sus íntimas sensaciones, en su recuerdo. Por mi parte, solo decir que hacía semanas, por no decir meses, que no me reía. Aunque decir esto sería injusto por mi parte, puesto que no me refiero al reír, simplemente, sino al despolle. A la carcajada. A la risa liberadora que limpia cuerpo y mente. Hay ciertas personas que nos hacen flotar enamorados, otras que nos ponen los pies en la tierra, como pueden ser nuestros padres, y otras que hacen que tus pies logren atravesarla. Estas pocas personas tienen la habilidad de hacerlo sentir a uno entre auténticos hombres, en el sentido más profundo del término. Y es que el contacto con ellos sana de la enfermedad cotidiana y frustante del estar conviviendo continuamente con extraterrestres. A veces, cuando los oigo hablar, pierdo la noción del tiempo, dudo de mi propia inteligencia al presenciar tal derroche de lucidez y superioridad. Con su inteligente humor, no aquel humor pedante, sino un humor que consiste en reirse de uno mismo, en no tomarse jamás en serio, acaban por momentos con toda preocupación, obsesión o tristeza que le embargue a uno. Acaban, con mayúsculas, con la espeluznante Hidra del Miedo. Pienso a veces en como se sucedieron los acontecimientos para que fuesemos a dar en una misma habitación de hotel, la 121 para ser exactos, un lunes noche al borde de la árida costa de Almería, vaciando una botella de Vat 69. Y es que si uno se pone a pensarlo, se trata de pura matemática. Hemos hecho exactamente lo que teníamos que hacer. Ser seres solitarios, tímidos, inquietos, sensibles, en definitiva, buenas personas, y también algo payasos, gambosos, descolocantes, todo aquello que alimenta a la bestia, que la hace estar siempre alerta, no conformándose nunca con la versión oficial de la historia. Todo cuadra. Todo es como debe de ser. Un hotelucho de cuatro malparidas estrellas, a la que la faltaba una, Fabyo, presente en nuestras conversaciones, especialmente en las comeduras de polluza de Tower a su Butaca. Y la incertidumbre del futuro, del desolador futuro, flotando sobre el agua de nuestras consciencias como un mojón en mitad del océano de una noche de verano.

Y aquí paro, no puedo decir más. Podría haber reproducido aquellas largas conversaciones nocturnas o aquellas grandes frases pronunciadas durante toda la semana, auténticas joyas que van disolviéndose en mi paralítica memoria. Quizás, por elegir algo, me quedo con la mirada de Tower al apearme de su coche en Algeciras al regreso del viaje, dramatizando ante el temor de que fuera la última vez que nos fuesemos a ver. Aquella mirada escrutadora de quien radiografía a un muerto para no perder detalle de su última imagen. Yo le diría a Tower algo que tomo prestado del general Patton y que el sabe bien:

"El valor es aguantar el miedo un minuto más"

2 comentarios:

  1. Hoy lunes gris, vestido de gris, en una oficina gris con mesas y armarios gris, todo los chavales de vacaciones salvo este becario gris, el africano penínsular me ha emocionado tanto que casi se me escapa una lagrimilla de colores.

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  2. me encanta africano, sobre todo a partir de "autenticos hombre"

    fabyo, te has preguntado alguan vez porque gris????, yo si.

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