Cacagénesis:


William Saroyan:
"Es sencillamente imposible insultar al género humano sin sonreír al mismo tiempo".







martes, 8 de junio de 2010

AMANECIDA


Os presento a Javier Javato, del que poco puedo decir porque no lo conozco más que vosotros. Sé que es de Sevilla y que vive en estos momentos en Granada. Por pura casualidad presencié la presentación de su libro en la Tertulia, "Caín o la Literatura del odio". Con mucha clase, automáticamente después de presentar su libro, se fue derechito a la barra a pedir un señor whisky. Estas cosas nunca las paso por alto. El caso es que parece un tipo auténtico.
Luego escuché este cuento y me lo confirmo...


Un cuento sobre el futuro o sobre su imposibilidad

7:05 de la mañana. Un joven sumamente anónimo se levantó bien temprano para ir a trabajar, se preparó un café cargado y puso la tele. Estaban dando, temprano como era, una serie japo de dibujos animados en la que -según parecía, y en lo que suponía un evidente alarde de originalidad en el guión- unos niños se transmutaban en diferentes robots que al final se transmutaban en un único macrorobot que luchaba contra otro macrorobot –éste malo, pérfido, que avanzaba con una hoz en un mano y un martillo en la otra-, salvando así a Dios, a la patria y a su puta madre. Pero el rollo de los dibujos duró poco. De pronto, se cortó la emisión y en la pantalla apareció un despeinado Matías Prax al que parecía que habían levantado a hostias de la cama. Sin saber muy bien a qué cámara mirar, moviendo nerviosamente unos folios malamente arrancados de un cuaderno, con la voz aún perdida entre las sábanas, el popular presentador dijo: Señores y señoras televidentes y televidentas, acaba de llegar a la redacción de la cadena la noticia de que desde hace unos once minutos, y sin saberse aún por qué motivo o motivos, se está produciendo una explosión en cadena de todos las bombas H del mundo. Según parece, las explosiones se han producido simultáneamente en los Estados Hundidos de No-es-américa, en la Unión de Repúblicas Socialistas Zaristas (URSZ) y en el Continente Chino-medieval, y con posterioridad en la República Piojosa de India, en Pakistán Colaboracionista, en el Reino Crédulo-Materialistade NorthCorea y en la propia Unción Europea. Como bien saben, la capacidad de destrucción del arsenal de las bombas de hidrógeno con respecto al planeta es de 20 a 1, puede que más. Desgraciadamente, los especialistas afirman que éste estallará por completo en unos cuarenta minutos. Por favor, mantengan la calma. Gracias.
El joven anónimo apagó la tele y miró el café, que aún no había tocado. Se volvió a la cama, abrazó el cuerpo de ella. Quería que durmiera, y que quedara ya para siempre tranquila, atómicamente disuelta en los venideros océanos de lava.
Durmió, incluso.

3 comentarios:

  1. Hermosa fábula. Estamos tan hastiados, que lamentablemente de lo mejorcito que nos puede pasar es ser conscientes de nuestra propia destrucción y dormir con la satisfacción de que ese sueño será eterno. No estoy invitando al suicidio, le estoy cantando a la vida.

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  2. Gran cuento, lo he disfrutado y me he reido, magnífico

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  3. relato muy divertidillo, siempre he pensado que Matias.P. seria el mejor rostro para narrar mi muerte.

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