Te acercas por detrás.
Como cruzarse con alguien
extraño por la calle. Vas
a la cocina. Coges un yogur,
una cerveza, un trozo de aire.
Lo mismo da. Meras maniobras
de aproximación. Buscas
que sus ojos se encuentren
con los tuyos. Buscas
de cualquier manera
que todo pase cuanto antes,
que el silencio no se prolongue
más de lo necesario
para que te des cuenta
de que esta vez, sí,
la culpa ha sido tuya.
-Rubén C.-
Versos que sangran
ResponderEliminarlos ojos exhaustos,
sin rima
ni métrica,
verbo de los desamparados.