Cacagénesis:


William Saroyan:
"Es sencillamente imposible insultar al género humano sin sonreír al mismo tiempo".







lunes, 5 de julio de 2010

A DOS METROS BAJO TIERRA




-Rubén C.-

Algunos, los más, sabréis de qué serie estoy hablando, para los que no, tiempo les falta para ponerse a ello. Suele ocurrir que, cuando uno se entusiasma con algo, un libro, un disco, una película o, como en este caso, una serie de televisión, corre el riesgo de excederse en sus valoraciones y en no lograr expresar, debido al ímpetu de las explicaciones, lo que tal o cual creación le ha hecho sentir o lo que es más difícil aún, pensar. Es más, es por esta última vía y no por la del sentir, que también, por la que voy a tirar. Para hacer sentir, normalmente, basta con presentar una serie de situaciones caracterizadas por constituir una amalgama de lugares comunes y la lágrima está asegurada. En “A dos metros…”, cuyo título de origen es Six Feet Under, llega uno a dudar si lo que realmente quieren sus creadores es emocionarnos o dejarnos helados de frío. Ni una cosa ni la otra. O ambas. Todos los que hemos visto esta serie conocemos a Ruth (Frances Conroy) madre de David Fisher (Michael C.Hall) y Nate Fisher (Peter Keause) y a los demás no menos importantes y singulares que componen el reparto. La serie comienza con la muerte del padre de estos, dueño de la funeraria para la que David trabaja y para la que Nate, después de recibir la mitad del negocio por herencia, también regenta. Una de las cosas más impresionantes y conmovedoras de la serie, para un hispano, latino o como coño lo queramos llamar, es esa diferencia de afectividad con los seres queridos que caracteriza a estos anglosajones. Si bien, no estoy del todo seguro de que todos sean así, pero me fijo en esos detalles, aquellos besos casi al aire que se suelen dar, esa forma de hablar entre ellos como si fueran desconocidos, el distanciamiento físico, como si tocarse fuera malo o demasiado pretencioso, las dificultades para hablar de sus sentimientos sin sentirse avergonzados, en definitiva, esa frialdad que hace perfecto juego con la funeraria "Fisher e Hijos" , contexto central de la serie. La muerte como telón de fondo, acechándolos a todos, no por ser cotidiana en sus vidas menos intimidadora y, como cada vez, en cada uno de los capítulos, su presencia se acrecienta en paralelo a la lucha de esos personajes por buscar la razón de su existencia. Ahí, creo yo, radica la grandiosidad de esta obra, cómo esas personas aparentemente desapegadas y poco expresivas emocionalmente buscan constantemente el cariño, el cuerpo, el calor de los que están a su alrededor. Lo insoportable de la soledad de cada uno de los personajes, la frustración que les causa el sentir que nadie de los que les rodea son suficiente para llenar sus respectivos vacíos y, aún así, asirse los unos a los otros desesperadamente. Todo esto, esta retaila metafísica, aderezado con unas dosis de humor difícilmente superables. Como hasta la muerte tiene que doblegarse de risa ante este elenco de personajes que por sus avatares y sus formas de afrontar la vida le dan el sentido que le falta. Sensación esta, creo que no única, de todo aquel que se enfrenta a cada capítulo. La sensación de estar ante un libro de autoayuda escrito por un dios lúcido, como un solo capítulo puede levantarte el ánimo y, no solo eso, hacerle a uno más valiente. Como ese miedo constante que nos acecha se ve dulcificado por la ternura y el humor que rezuma cada uno de estos singulares personajes con los cuales, extrañezas del mundo, no resulta difícil identificarse con ellos. Esa identificación iría más allá de parecidos físicos, actitudes, simpatías… más cercano, quizás, al tema capital de toda existencia, la muerte, de la cual nadie está a salvo y a la cual aquí, en esta obra de arte llamada “A dos metros bajo tierra” se la eleva a la categoría de vida.

10 comentarios:

  1. xamp¡¡ no he podido leer la entrada porque aún no he visto el final de la serie y no quisiera que me lo destriparas. si me aseguras que no desvelas nada la leeré con gusto y me sumaré a la felatio, pues estoy convencido de que se trata del mejor producto televisivo que se ha hecho hasta ahora.
    Jamás pensé que se pudiera disfrutar tanto viendo la tele. La serie no es que sea buena, es sublime, impresionante, acojonante, me faltan calificativos, y lo que es peor, me faltan cuatro capítulos...

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  2. Puedes leerlo Fran no hay problema, pero agarrate los machos para esos últimos 4 episodios.

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  3. Tranki franki, no destripo absolutamente nada, solo hablo por encima de k va de una funeraria y poco más. Es más una reflexión sobre lo que significa, sobre el tema de la muerte y tal. Pero no diga nada k tenga que ver con el argumento.

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  4. Noe a.k.a. me la pulí en un mes5 de julio de 2010, 21:11

    Esta serie tiene mas clase que el copón bendito.

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  5. La verdad que es una indiscutible obra maestra, con multitud de matices, guión excepcional, actores maravillosos etc etc, podría estar horas comentando su calidad. Dicho todo esto y sin animo de joder, los últimos minutos del último capítulo me parecen un chiste malo, hubiera desostiado a los guionistas.

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  6. al igual, los últimos minutos me parecen una cagada magnanima, pero es indiferente, lo grande de la serie es el contenido, pero si k es verdad que se le keda a uno cara d polla después de tanta maravilla. En cualquier caso el final es lo de menos.

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  7. Clara Benítez D.6 de julio de 2010, 0:45

    (atención, spoilers!)
    Pues a mí el final me resultó cuanto menos curioso, tratándose de esta serie y q su tema principal es la muerte, no podía acabar de otra manera!
    lo q pasa es q la serie es tan sublime q se merece un final mejor.

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  8. Es cierto que es una anécdota, aunque de importancia.

    Me gusta por ejemplo Nate, cuando inssiste en que hay que exteriorizar, sentir la muerte, llorar, cosa contraria a la sobriedad anglosajona, de su madre por ejemplo.
    Momento dramático todo el proceso de la desaparición de su mujer y su entierro , en una búsqueda interior acojonante, joder ya me han dao ganas de revisarla de nuevo

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  9. Yo creo que hay dos grandes virtudes en esta formidable creación. Una es el valor de la familia, que ante todo y pese a todo, permanece unida. Ese momento se escenifica en la serie junto a la hoguera en la que arden los tratos viejos, con el equipo de música de la pelirroja sonando de fondo, y todos alrededor. Hay una peli de David Lynch, "una historia verdadera" que recomiendo a todos desde aquí, en la que el viejo prota define esto que digo de una forma magistral. Iba a contaros el ejemplo pero mejor veis la peli.
    El otro fuerte de la serie son sus personajes. Al igual que ocurre en Friends, y salvando las distancias, uno no puede imaginarse como sería la serie sin alguno de ellos. No hay un solo personaje contingente, y mucho menos cuerdo. Están todos como jodidas cabras, al igual que todos nosotros, por eso nos resultan tan cercanos y desconcertantes.

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