Cacagénesis:


William Saroyan:
"Es sencillamente imposible insultar al género humano sin sonreír al mismo tiempo".







domingo, 7 de marzo de 2010

EL OBJETO ESCULTÓRICO EN SU TIEMPO DE RELOJ. EL HOMBRE Y SU DETENCIÓN. ( I )


- Antonio Cano Martinez -

1º PARTE

"El desvanecimiento, la idea de perdurar, que todo cambie, que sea nada...el desvanecimiento."
"Está el olvido y el recuerdo, está lo pasado, no, lo pasado dejó de estar. Está el tiempo, está el espacio, está el deseo de transformar, se desvanece la forma, se suplantan sentimientos...cada instante guarda su grito."
Siempre un paso más, un resumen inefable y consecuente de todo aquello que acontece sin detención alguna. Siempre una necesidad indómita. La decadencia no se detiene, Dorian Grey no era otro que su mismo creador y, éste, Oscar Wilde, lo creó para pelear con el tiempo, contra su propia degradación, en este caso física. Lo enfrentó al tren que nunca volvió a pasar, y quedó ultrajado.
Todos estamos condenados a un final, a un instante. Francisco Pérez Bernal dijo: "lo mejor de los días felices parece que es el disfrutar instante a instante de lo que hay en cada instante." Buscamos la manera de manifestar aquello que nos parece transcendental, siempre actuamos de la misma manera, sólo cambian los escenarios y los personajes, el teatro sigue siendo el mismo. Altamira está repleta de intenciones primitivas, y de eso ya hace un tiempo.
Buscamos la manera de retener, de petrificar, de ser inmortales, imperecederos y, para ello, buscamos el arte, manipulamos el arte, creamos objetos, creamos simbologías, razones irracionales, lavantamos esculturas, acotamos espacios, proyectamos luces, sombras y siluetas vacías por dentro.
Nunca nos detenemos, caminamos sonámbulos a la caza de nuestra propia mitología. La detención es sinónimo de fracaso, de cansancio, pero de igual manera sucumbimos en cada paso, nos derretimos, saturamos, nos rehacemos, planeamos...la evolución no descansa, de ahí que todo esté condicionado a su propio tiempo, un tiempo ilimitado.
Somos la consecuencia de nuestros actos dentro de un espacio temporal, de un contexto prostituido con intenciones orientadas a un fin, a una causa. "La relatividad siempre se define a partir de un conjunto de circunstancias, que son a su vez la consecuencia de una causa; pero ésta, la causa, no tiene porque ser premeditada, sino simplemente circunstancial, es decir, relativa." Cuando levantamos una escultura estamos levantando algo más que un mero objeto, con ella se gesta una labor de intenciones, un enjambre de causas, una relación directa o indirecta con el entorno, con nuestra propia naturaleza.

1 comentario:

  1. No somos la consecuencia, creo, solo solo la imagen mental que se forma en los demas en base a nuestros actos...

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