LA VITA È BELLA
Este tipo sí que es gracioso! Roberto es un tío que puede arrancarte la carcajada en la peor situación. Al igual que mi colega el que decía que los judíos eran malos; con él estaba y con otros amigos cuando vimos Apocalipto y en mitad de la persecución cuando los tíos chungos estaban a punto de alcanzar a Garra Jaguar va y suelta...
“Ahora cuando lo cojan le dirán: no lo vuelvas a hacer más” – zarandeando la mano como una mamá cabreá.
El corazón se me iba a salir del pecho con aquella película y el colega va y suelta la gracia. No lo puede evitar. Este amigo mío es tan gracioso que a veces cuando estoy triste se me viene a la cabeza algo que dijo o hizo y acabo riendo. Me acuerdo el día que se echó al suelo y para deleite de todos hizo el gusano, o el molinillo, porque asegura que él baila break. O cuando prendió fuego a un billete de cinco euros en una preciosa ceremonia antisistema en la que todos los colegas a su alrededor formando un círculo repetían mecánicamente como en trance:
Quema! Quema! Quema!
O el día que se reventó un huevo en la cabeza porque decía que era bueno para el cabello. Es cojonudo este amigo mío. Es como Benigni en esa película en los campos de concentración manteniendo viva la ilusión del niño que cree que todo es un juego. Estas personas hacen que la vida valga la pena porque con ellas te olvidas de la pena. Como el amigo de mi padre que siempre tiene un chiste que contarte y siempre te partes. O la facilidad de mi pequeña para hacerme sonreír.
Me acuerdo de aquella mañana soleada en que uno de mis compañeros de piso se levantó con cuerpo de Góngora y lo primero que hizo fue entrar al salón y poner la escena del examen de las ingles de amanece que no es poco. La tarde que vimos life acuatic desternillándonos en el sofá, o tantos días que vimos cops.
Una noche con mi compi casi nos da un ataque viendo dos tipos duros, una en la que Resines hace de ladrón de medio pelo. Da el perfil.
Pero si algo ha logrado unir a unos individuos en torno a una pantalla, eso fue la emisión de Six Feet Under, a dos metros bajo tierra en español. Jamás se ha sentido tanta devoción por una producción para la televisión como la que mis compañeros y yo compartíamos por esta serie. Estábamos inquietos durante todo el día. Esperábamos ansiosos que llegaran las doce de la noche para ver otro capítulo. Cuando llegaba ese momento, el té servido a su hora, bajaba la iluminación, salía el dichoso chasquido de la HBO, sonaba la melodía y los tres imbéciles sumidos en una especie de trance provocado a lo chamánico danzábamos alrededor de la tele, contentos porque había llegado nuestro momento sagrado.
Qué cosa más bien hecha, madre mía! Nunca antes se vio semejante maravilla en antena.
Frank, ha sido todo muy grande. Me quedo con muy buenos momentos y aún más lo que queda por venir, hace poco me dijiste que aún somos grandes, la verdad es que sí, aún nada ha acabado, las mejores noticias están por llegar, estoy aquí cieguete con Teji y Socio en la 121, aunque sólo sea por un día ese es un número que hace sonreir. Tienes mucho talento y me enorgullece que me recuerdes tío, jejeje. Quien volviera a tener 18 y comprar unos litros, Dios!!!!! Volverán las oscuras golondrinas.... Somos molones!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminaryo también os quiero muchachos pero me duele que los únicos supervivientes del caca (junto a un servidor) os juntéis a poneros ciegos y no me hayáis dicho nada. Que es eso de la 121? Dónde queda? Porqué nadie me ha avisado?
ResponderEliminarbuena mierda, no estamos muertos, estamos de parranda!
ResponderEliminarme que con la escena de dos tipos duros,recuerdo que hubo un momento donde me faltaba la respiración debido al grandísimo despoche,aún hoy me parto la polla con sólo recordarlo...maldita sea que panzá de reir,coño!
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