Donde todos ven azul yo veo verde, cuando me dicen eso es verde, entonces yo digo azul. Esta pequeña insignificancia tiene una capital importancia en mis relaciones con los demás.
Desde el principio, no sé cómo, siempre entendí que cuando las personas, mi profesora de párvulos por poner un ejemplo, cuando alguien, cualquiera decía verde en realidad quería decir azul porque se referían a cosas azules como el cielo o el mar, y sin embargo decían verde cuando querían decir azul y a la inversa y así por ejemplo una mañana cualquiera podías escuchar a quien fuera decir que cielo tan verde. Un par de veces que intenté convencer a alguien me di de bruces con la realidad y comprendí que acaso los demás realmente sabían y eran conscientes de que decían verde si se referían a azul y viceversa, que era algo así como una convención social o del lenguaje que yo desconocía, me decían ¿es que no lo ves?, eso después de pensar que era una enfermedad congénita del resto del mundo que eran todos gilipollas. Luego no sé por qué mierda me dio por pensar que tal vez era yo el gilipollas, o incluso el que necesitara un médico, porque puede que por estadística sea más fácil que cuando los demás dicen verde en realidad piensen verde y verde es lo que quieran decir y sólo yo entiendo que habría que haber dicho azul.
Por ejemplo alguien me dice “que azul está el agua” y yo pienso “verde, quería decir verde”. Si digo “¿no querrás decir verde?” entonces me dicen que estoy loco. Y puede que así sea porque donde dicen verde claro yo veo azul cielo y verde psicodélico cuando es azul eléctrico. Si es verde oliva veo azul marino y cuando admiro el turquesa se me hace un lio la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario