MAR ADENTRO
-Fabyo Sorel-
La peli no estaba mal. El problema fue toda la polvareda que levantó su estreno. Que si eutanasia sí, eutanasia no. Qué le importa a nadie lo que otro haga con su vida? digo yo. Ay¡ si fuera tan sencillo.
Unos días antes de ir a ver a Bardem en su papel con menos sex-appeal, me tragué un documental muy bien hecho sobre la vida de Ramón Sampedro. Se ve que Amenábar también lo vio porque había partes de la peli que eran clavaitas, aunque la realidad siempre supere a la ficción y ver morir al poeta en vivo fuera mucho más impactante que Javi simulando el suicidio.
Debo decir que lo primero que pensé al escuchar el título por primera vez fue en los héroes del silencio. Así que esa película ya sólo podía decepcionarme.
Si a eso le añades otra llorona, el resultado es un pastelón de cojones. Menos mal que nos fuimos con tiempo al centro y entramos entonaos a la sala. Recuerdo que era una sala muy pequeña. La sala de cine más pequeña en la que nunca he estado, con cierto aire elegante y decadente. Todo el mundo podía oír los sollozos de mi chica como si estuviera llorándoles en el hombro. A mí no me dio ninguna pena. No es que sea un insensible. Como digo, la fibra me la tocó el documental y en la confrontación con éste la peli salió perdiendo.
Años después con mi actual pareja iría al cine a ver otra de Amenábar. Ágora. La peli no me gustó, cuando las luces se encendieron y nos levantamos dispuestos a marcharnos el de delante le decía a su colega “lenta… lenta… soporífera!” pero por lo menos Carmen no lloró, aunque esa noche se enfadó conmigo porque soy tonto y pretendía echar a andar cuando ella tenía los pies lastimados por los tacones. Porque me ciego cuando se pone esos tacones. Cómo los lleva. Con qué bendita elegancia! Nadie sabe andar como ella.
Aparte de eso, firmar una obra maestra con tu ópera prima, como hiciera Alejandro con Tesis (la noche que la vi, tuve que dar la luz del pasillo antes de apagar la del salón), tiene un riesgo, y es que alcanzada la cumbre en el primer movimiento ya sólo puedes rodar y rodar ladera abajo hasta despeñarte.
Esto creo que lo dijo Macauly Culkin y yo lo digo desde el cariño y la admiración que le profeso. Era muy gracioso en el papel de Kevin Mcallister. Leí el libro. Luego mi hermano se hizo con las pelis de solo en casa y las puso como un millón de veces hasta repetir enteros los diálogos de principio a fin. Polka Twist, la polka de los lagos, bésame Polka. Quédate con el cambio sabandija asquerosa.
Estoy muy de acuerdo con lo de Amenabar, después de Tesis se debería haber retirado y convertirse en una leyenda. El tipo sabe manejar presupuestos pero desde esos pasillos crudos de la Complutense a la artificialísima biblioteca de Alejandría ha llovido mucho.
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