Cacagénesis:


William Saroyan:
"Es sencillamente imposible insultar al género humano sin sonreír al mismo tiempo".







miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cuentos de otoño


Llegó el otoño y cayeron las hojas de los árboles.
Las calles estaban llenas de ellas; amarillas y húmedas se amontonaban en las plazas y en los parques, y al doblar esquinas de la ciudad se percibía olor a castañas asadas.

Fernando pasea por Granada como perdido.
Vagabundea sin rumbo. No sabe lo que busca.
Bueno, sí lo sabe, pero no quiere reconocerlo,
y además, sabe que no va a encontrarlo.
Sabe que no va a volver.

Hace unos años, Fernando paseaba con ella de la mano por esta ciudad.
Y no puede evitar recordarla sonriente con su bufanda roja y la nariz colorada en estas fechas.
Recuerda la tarde que salieron de compras y como le desesperaba verla cogiendo modelitos, llevándoselos hacia el probador.
Al rato salía con uno puesto y preguntaba dando media vuelta;
- ¿cómo me queda?
- te queda estupendo
- para ti todo queda estupendo.

Y era cierto. Se pusiera lo que se pusiera le quedaba estupendo. Lo que pasa es que Fernando lo decía con cara de tengo ganas de irme a casa, y eso restaba credibilidad.
Lo que daría ahora por estar esperando en alguna de estas tiendas a que saliera con algún nuevo modelito puesto. Pero probablemente otro le quita el vestido ahora.

Al principio de la calle mesones, o al final, según se vaya, hay un patio con un enorme toro en la puerta. Al pasar por allí se le viene a la cabeza aquel día tomando cerveza y como pasó la mano por la sedosa superficie de su rostro, para retirar de su mejilla la manchita de tomate que se le había quedado tras pegar el último bocado.

Aquellos brillantes ojos no dejaban de mirarle, y sin embargo no podía verlos.
Podía ver sus labios morados después de unas copas de vino, pero no podía besarlos.
Si lo pensaba mucho, aun podía oler su pelo ondulado.

1 comentario:

  1. El otoño recuerda lo que perdiste en verano y eso hace pupa, lo buscas en invierno y lo encuentras en primavera para despues volverlo a joder todo en verano. O como dice el refran: -inflate de birra en primavera y encuentrame en verano en bolas con casera-.

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