Suele ocurrir cuando menos
te lo esperas. Cuando, relajado,
en estado de postergación
o anestésico, la vida acaba
por ponerte entre las manos
la ansiada pipa
de la paz.
Y ocurre que, por azar,
llega una noticia, a toda velocidad,
o un hecho inesperado
pasa sobre tu cadáver
como un turismo ebrio
en mitad de la autopista.
Es entonces cuando recuerdas palabras de tus padres
y te cuidas de mirar a los dos lados
Antes de cruzar.
-Rubén C.M-
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