Cacagénesis:


William Saroyan:
"Es sencillamente imposible insultar al género humano sin sonreír al mismo tiempo".







miércoles, 1 de febrero de 2012

CONVERSACIONES LITERARIAS CON FABYO



- Un tipo llamado Dorian -

Lo recuerdo muy bien. Esas formas suyas de vestir, de hablar y de moverse no se olvidan fácilmente. Le conocí una tarde adolescente. Me lo presentó una amiga en su casa y al instante me pareció que aquel muchacho sabía de qué iba eso del Arte.

Era encantador al principio, después un farsante, luego un ilustrado un calavera un dandy; realmente desconcertante. Me provocaba sentimientos encontrados, casi contradictorios. Podíamos pasar horas conversando apasionadamente sobre los temas importantes para acto seguido aborrecer - o al menos desconfiar de - sus opiniones, despreciaba las palabras nacidas en su boca, los sutiles movimientos de su figura, cada gesto de su cara, ese gesto de satisfacción que en principio me agradaba finalmente parecía soberbia. Pensaba por momentos que estaba chalado, colgado, loco, o que era simplemente tonto. Pero nada de eso; lo cierto es que resultaba tan sospechosamente atractivo ese enfrentamiento de la mitad racional del ser contra toda lógica investido por otro más o/y/re-primido yo que provocaba que me vi forzado a abrirme a él para no negarme a mí mismo.

Nunca supe qué pensar de aquel tío. Me sobrepasaba, lo reconozco. Supongo que me dejé embaucar, que me sedujo. Habría tenido que alejarme de él; Era doloroso - y perjudicial - el choque dis-cordial que me producía su sola presencia. Ante él, todo mi ser estaba en guerra, la lucha fratricida del hemisferio izquierdo del cerebro contra el derecho dejaba todo el territorio de mi inocente mente al descubierto expuesta a ideas invasoras que acechan (las invasiones bárbaras).

El debió de darse cuenta pues dudo mucho que dicha batalla interna no se notara por fuera y debío de resultarle incómoda. Digamos que nos distanciamos o simplemente que desapareció. Pero no de repente, se fue alejando lentamente y fue dejando poco a poco de verse.

No supe qué había sido de él en todo este tiempo. Un día un amigo me dijo que lo había visto y que tenía buen aspecto (no les quepa duda de eso) pero que le perdió la pista.

Hace poco le vi. Me resultó de nuevo muy extraño, parece mentira que hayan pasado tantos años, pero me dio la impresión de que el tipo conserva todo el sex-appeal que lucía en los noventa.

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