Cacagénesis:


William Saroyan:
"Es sencillamente imposible insultar al género humano sin sonreír al mismo tiempo".







domingo, 1 de febrero de 2015

PROSOPOPEYAS: LA DEMAGOGIA

 LA DEMAGOGIA

La Demagogia es una aduladora, una zalamera. Es esa persona que de pronto se interesa por ti, y te hace sentir bien, te dedica su tiempo haciéndote sentir especial, tiene detalles contigo que nunca nadie tuvo antes, te habla en tu idioma, te entiende y te hace creer que realmente no mereces menos que eso porque tu eres grande, simplemente por ser como eres.

¿Quién no quiere ser querido? ¿A quién no le gusta sentirse importante? Ella lo sabe.
Sabe que una palabra amable le abrirá más puertas que cualquier llave maestra.
Sabe que a nadie le amarga un dulce y son muy pocos los que rechazan las alabanzas.

Por lo general, el ser humano tiene una alta concepción de sí mismo, y a menudo no encuentra en el resto de seres humanos – más pendientes a sus propias virtudes, más convencidos de sus valores que de los ajenos – esa misma idea elevada sobre la calidad y entidad de su persona. Se podría decir que somos, desde la más tierna infancia, seres necesitados de la aprobación de los otros, y podemos decir también sin temor a equivocarnos que son pocos los que logran alcanzar el éxito, son sólo unos cuantos escogidos los que consiguen la admiración y el aplauso del público, por lo que cabría afirmar que hombres y mujeres sufren un constante déficit de atención por parte de sus semejantes lo que deja el terreno abonado para que nuestra protagonista crezca, prospere y se reproduzca.

Ella no quiere tus halagos, no los necesita, no los quiere para nada pues acostumbrada como está a mentir para convencer sabe de sobra el escaso valor que tienen las adulaciones y puede descubrir un camelo a kilómetros. Por otro lado, tendrá todo el agasajo que sea necesario cuando consiga lo que en realidad busca, que no es otra cosa que ostentar todo el poder a tu costa.

Así pues, tenemos a miles de millones de seres humanos que anhelan el reconocimiento de los de su especie y a una experta en lisonjas que tiene esa palabra de ánimo que te reconforta, una mano cálida para darte esa palmadita en la espalda que necesitas y todo el tiempo que sea necesario para ganarse tu confianza y que lo dejes todo en sus manos.

Te prometerá el oro y el moro, te venderá la moto, pero no una moto cualquiera sino la moto de tus sueños, la que se adapta a tus necesidades, la moto que más corre y la que menos gasolina gasta, una moto que vuela si hace falta y que en vacaciones también es moto de agua. Una moto fantástica.

Cómpratela si quieres, yo paso de vehículos a motor de dos ruedas. Eso sí, si te decides por ella no me vengas luego con el cuento de que cualquier tiempo pasado fue mejor, que añoras tu clásica Vespa, o lo que sería peor, que me dijeras que todas las motos son iguales, una mierda.